Al igual que existen técnicas para aprender a maquillarse los ojos paso a paso, también contamos con innumerables formas de conseguir esculpir, iluminar y definir el rostro.
Estas formas y técnicas se resumen en la conocida técnica Contouring.
Se trata de una novedosa técnica que los maquilladores profesionales ponen en práctica desde hace tiempo, conocida como el juego de luces y sombras o la técnica del claro-oscuro, y que ahora llega a todos los hogares para que cualquier mujer pueda poner en práctica sus conocimientos, en función de las características de cada rostro.
Para llevar a cabo la técnica Counturing es imprescindible contar con una serie de productos aliados, que harán posible conseguir los mejores resultados.
Del mismo modo, es importante tener unas nociones básicas sobre visagismo, con el objetivo de definir cada rostro según sus necesidades.
Si quieres descubrir todos los secretos que se esconden tras la popular técnica Contouring, no pierdas detalle de lo que te contamos a continuación.
¡Coge papel y lápiz!
La base de la técnica Contouring: visagismo
Como hemos mencionado, la técnica Contouring se basa en el juego de luces y sombras, mediante el trabajo de claro-oscuro, para definir y esculpir las facciones más favorecedoras de nuestro rostro.
Este trabajo se realiza en función de las dimensiones y la geometría de cada rostro, pues dependiendo de sus características, los rostros presentan diferentes necesidades.
De esta forma, para lograr los mejores resultados, es imprescindible conocer qué tipo de rostro tenemos.
Tipología y aplicaciones
Para facilitar su estudio y posterior maquillaje, los óvalos se dividen diversos grupos.
Rostros ovalados
Se consideran los rostros más equilibrados y armónicos, por lo que este tipo de técnicas no son absolutamente necesarias, al tratarse de un rostro perfectamente esculpido.
Rostros alargados
Al tratarse de un óvalo alargado, las correcciones deben definir el rostro de manera que reste importancia y acorte su longitud.
Para ello, los tonos claros se aplican sobre los laterales del rostro, mientras que los oscuros lo hacen en el mentón y en la zona superior. Además, a la hora de culminar el maquillaje, el colorete se debe aplicar en dirección ligeramente horizontal.
Rostros redondos
En este caso, se debe proporcionar una dirección oblicua para hacer que el rostro parezca ópticamente más alargado.
Por ello, se debe aplicar un corrector oscuro en los laterales, para restar anchura a esta zona. El colorete, por su parte, debe ser aplicado con dirección ligeramente oblicua.
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Rostros cuadrados
En los rostros cuadrados también hay que trabajar para conseguir que parezcan más alargados. En este caso, se debe aplicar un corrector oscuro en la zona de la mandíbula, y el colorete como en el caso anterior.
Rostros rectangulares
Para esculpir este tipo de rostros se aplica corrector oscuro en el borde superior de la frente y en la zona de la mandíbula, para hacerlo más ovalado, y también sobre el mentón, para acortarlo.
El colorete, en este caso, se aplica en la zona de los pómulos, para iluminarlos.
Rostros triangulares
En este caso, es importante aplicar tonos oscuros en la parte más prominente del rostro y la mandíbula, para disimularla.
Los tonos claros, por su parte, se situarán en los laterales de la frente, mientras que el colorete se aplicará en dirección horizontal, para aportar mayor amplitud a la zona superior.
Productos imprescindibles
Para poder llevar a cabo este tipo de técnicas es importante contar con algunos productos imprescindibles.
Corrector claro
Son los más utilizados, y suelen tener un color mucho más claro que el de la piel, lo que nos permite proporcionar relieve a una zona o disimular las pequeñas imperfecciones.
Su finalidad es, además de corregir las pequeñas imperfecciones que pueda presentar el rostro, proporcionar luz a una zona determinada, como el arco superciliar o los pómulos, para que adquieran más relieve.
Corrector oscuro
Se utilizan para aportar profundidad en las zonas del rostro que lo precisen. Para ello, se deben aplicar en dichas zonas, como la frente, el mentón, debajo de los pómulos, en el contorno del rostro, etcétera.
Es recomendable que solo se utilicen en maquillajes de noche, de fiesta o de novia, pues este tipo de correcciones son perceptibles con luz solar, por muy bien difuminadas e integradas que estén.
Iluminador
Los iluminadores se utilizan, como su nombre indica, para iluminar y destacar determinadas zonas del rostro, ya que actúan como reflejantes de la luz.
Suelen aplicarse en aquellas zonas que pretendemos destacar, siguiendo el patrón establecido para los correctores claros y prestando atención en la cantidad de producto aplicada y en el difuminado, pues es importante intentar que no se aprecien los trazos.
Colorete
Es el paso final en cualquier maquillaje, encargado de reavivar la piel del rostro, proporcionándole un aspecto saludable y aportando equilibrio de color al conjunto.
Con la aplicación del colorete se puede resaltar el pómulo con tonos claros, además de conseguir mayor naturalidad si se aplica justo encima del pómulo.
De hecho, para conseguir los mejores resultados, el colorete se comienza a aplicar en la zona del pómulo que queda debajo del ojo, y se extiende hacia las sienes.
