Es muy molesto cuando un pequeño golpe descuidado arruina tus uñas tras una perfecta manicura. ¿Por qué las uñas están impecables un día e irremediablemente dañadas al poco tiempo?
¿Sabíais que en realidad las uñas son un 18% agua? Difícil de creer, pero cierto.
Su apariencia dura se debe a su composición, millones de células de queratina aglutinadas. Estas células producen fibras de queratina que se cruzan entre sí, como una red, y mantienen toda la estructura dura. De este modo, la dureza de las uñas depende de cómo se adhieren las unas a las otras, y de la interconexión que tienen estas fibras.
No obstante, los principales problemas en las uñas, como la fragilidad y la ruptura, pueden subsanarse cuando se conoce su causa.
Y como queríamos advertiros de estos peligros y sus soluciones, os hemos reunido algunos consejos propios de un curso de manicura, para que no descuidéis el cuidado de vuestras uñas.
Uñas quebradizas
Este problema se origina, generalmente, por una falta de humedad. Esto hace que las uñas se partan fácilmente de un simple golpe, careciendo de toda flexibilidad y presentando un aspecto bastante duro.
En la mayoría de los casos, los síntomas de esta alteración son más evidentes cuando la temperatura es baja y el aire carece de humedad.
También es algo común en aquellas personas que están en constante contacto con el agua u otros líquidos.
Para combatir las uñas quebradizas, tanto las bases que contienen aldehídos, que contribuyen al endurecimiento de la queratina, como las que contienen vitamina E, son recomendables y se pueden utilizar como remedio para sellar la humedad en las uñas.
Además, se pueden llevar a cabo otros trucos, como frotar las uñas y las cutículas al salir de la ducha para evitar la pérdida de humedad. También es importante utilizar guantes para limpiar, así como en trabajos con riesgo a este deterioro.
Uñas que se doblan
El tamaño medio de una uña es de 0,5 mm de grosor, aunque, en algunos casos, pueden llegar a ser más finas.
De este modo, las uñas que se doblan con facilidad y con mayor frecuencia de lo normal suelen ser aquellas que presentan una disposición más flexible de las células de queratina, con un número de fibras por debajo del promedio.
En este caso, hay que optar por buscar endurecedores de uñas a base de vitaminas A, E, B5 y C, es decir, una base vitaminada. Sus componentes ayudan a estimular las células de queratina para producir más fibras y fortalecer la uña.
Uñas que se agrietan
Las grietas en las uñas se producen por el exceso de humectación, la sequedad en las manos durante un largo periodo de tiempo y/o la deficiencia de vitaminas.
De hecho, este caso aumenta considerablemente en la época de verano, en la que estamos en constante contacto con el agua.
La sobreexposición a los productos de limpieza también pueden romper o agrietar las uñas. De este modo, se aconseja el uso de guantes al realizar estas tareas, así como la aplicación de una buena base de tratamiento de uñas para protegerlas.
En este caso es recomendable una base de calcio, que estimula el crecimiento y la refuerza, además de proteger las uñas frágiles y secas.
Manchas blancas
La causa más común de la aparición de las manchas blancas en las uñas es una pequeña lesión en la matriz, que se encuentra debajo de la piel. Cuando la matriz se daña, la lesión deja una cicatriz en las células de queratina, que provoca efecto de manchas blancas.
No existe tratamiento para este caso, aunque, si queremos deshacernos de estas antiestéticas marchas, tendremos que esperar a que la uña crezca para poder cortarla. En el caso de que no podamos esperar, siempre se puede optar por camuflarlas bajo una capa de esmalte.
Estas manchas son inofensivas y no hay que darles mayor importancia. Salvo que, en lugar de un puntito aislado, aparezcan líneas blancas a lo largo de la uña, lo que significa que algo anómalo está pasando de forma permanente en la matriz.
En este caso, es recomendable consultar con el dermatólogo.
Esperamos que éstos consejos propios de un curso de manicura, os hayan servido de gran ayuda.