Las células de la piel tardan aproximadamente veintiocho días en renovarse de forma natural. Un proceso que puede volverse más lento a causa de factores como el estrés, la falta de sueño o la nutrición. Aunque el más importante es la edad, ya que conforme pasan los años, el ritmo de renovación celular se ralentiza y provoca numerosos cambios en las condiciones de la piel: líneas de expresión, arrugas, pérdida de luminosidad, firmeza y uniformidad del tono de piel… etc.
A causa de esta ralentización, las células muertas se acumulan en la epidermis, la capa exterior de la piel que funciona de barrera hidratante y que nos protege de los agentes externos. Lo que provoca que la piel no pueda oxigenarse como debe ni absorber los principios activos de los productos y cremas que aplicamos.
La exfoliación de la piel permite retirar las células muertas acumuladas en la capa superficial de la piel, promoviendo la regeneración celular y previniendo el envejecimiento prematuro de la misma. Es muy importante que las células muertas se eliminen, ya que eso mantiene la piel más suave, fresca, fina y unificada.
Exfoliación del rostro
La exfoliación del rostro será distinta dependiendo del tipo de piel que tengas. En el caso de que sea seca, lo ideal es exfoliar únicamente una vez por semana. Si es grasa, debes hacerlo una o dos veces por semana y si es sensible, cada diez-quince días. Los expertos recomiendan probar el producto en la piel antes de exfoliarla para ver cómo reacciona, sobre todo en aquellas pieles más finas y sensibles. De esta manera se evitan posibles reacciones alérgicas indeseadas o irritaciones.
¿Cuál es el momento idóneo para exfoliar mi rostro?
El momento ideal para exfoliarlo es por la mañana, ya que es durante la noche cuando existe más actividad de renovación celular y eliminaremos más cantidad de células muertas.
¿Cómo exfoliar mi rostro?
El primer paso antes de pasar a la exfoliación será la limpieza. Debes asegurarte que tu piel está totalmente limpia antes de proceder a exfoliar. Es indispensable eliminar los restos de maquillaje y las impurezas que se generan por la polución o por las mismas células muertas. Para ello, hazte con un buen desmaquillante que no irrite tu piel y que arrastre las bacterias y contaminantes ambientales de la misma.
Cuando tu piel esté totalmente limpia, humedece tus manos y el rostro con agua ligeramente tibia. Aplica un poco de Peeling facial regenerador en tus dedos y empieza a exfoliar desde la nariz hacia afuera, siguiendo por la frente y por último, la barbilla. Hazlo a partir de movimientos circulares lentos y no estés más de treinta segundos exfoliando una misma parte del rostro. Eso puede provocar que eliminemos demasiadas células vivas, aumentando así la posibilidad de dañar e irritar nuestra piel. Cuando hayas acabado, lava el rostro con agua fría y pasa una toalla para secar la piel. Intenta no frotarla fuertemente, ya que eso puede irritarla. Sécala con toquecitos suaves, sin frotar ni hacer fuerza.
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Al finalizar la exfoliación, debes hidratar y nutrir la piel siguiendo las características propias de la misma. Existen pieles de todo tipo y cada una de ellas requiere un tratamiento adecuado. ¡Hazte con una crema que contenga los principios activos que necesita tu piel!
¡Tus labios también necesitan exfoliarse!
Recuerda que tus labios necesitan una exfoliación especial y se considera vital hacerlo una vez por semana o cada 10 días para reducir los pellejos, grietas y arrugas que aparecen. Deposita una pequeña cantidad de Peeling labial en los dedos y aplícala en la piel de los labios a través de movimientos circulares. Luego, aplica un bálsamo labial para volver a hidratarlos.
Exfoliación del cuerpo
De la misma manera que el rostro, nuestro cuerpo también necesita desprenderse de las células muertas. Para ello, podemos utilizar un gel de baño exfoliante o un peeling que nos ayude a eliminar todas las impurezas, así como a prevenir la obstrucción de los poros. Se aconseja hacerlo una vez por semana, extendiendo el producto en la zona a tratar y masajeando con movimientos de arrastre, incidiendo en aquellas zonas más conflictivas y secas como serían los talones o articulaciones.
A la hora de adquirir uno de estos productos, fíjate en su formulación y asegúrate que aparte de exfoliar la piel, también la proteja y la repare. Esto se consigue gracias a principios activos como: la manteca de karité, el aceite de aguacate o el aceite de almendras dulces.
¡Recuerda! No es recomendable exfoliar áreas muy delicadas del cuerpo como el escote o los senos.
Ventajas de exfoliar la piel
Para que te hagas una idea de los grandes beneficios que tiene exfoliar tu piel, te los resumimos en los siguientes puntos:
- Prepara la piel para que los principios activos de tu crema hidratante o anti-arrugas penetre correctamente y sea efectiva.
- Elimina la suciedad acumulada en los poros de la piel como el sudor, el sebo, la polución o los restos de cremas.
- Favorece la depilación. Realizar una exfoliación antes de depilarse permite abrir los poros de la piel y que los pelos salgan con más facilidad.
- Aporta suavidad a la piel. Después de eliminar las células muertas de la piel, lucirá más fina y suave.
- Evita el aspecto apagado. Gracias a la exfoliación, se consigue dar más luminosidad a la piel, devolviéndole frescura y vitalidad.
- Uniformiza el tono. Un buen exfoliante también ayuda a que tu piel tenga un tono uniforme, sin manchas.
Ahora ya tienes las claves para exfoliar tu piel, ¡añade la exfoliación a tu ritual de belleza semanal y tu piel lo agradecerá!